5 consejos para preparar un proyecto tecnológico
Crear propuestas innovadoras que impulsen la destreza tecnológica, de igualdad y empoderamiento puede parecer un reto complicado pero lo veréis más fácil con los 5 pasos que os propongo a continuación. Sólo hay que tener claro los objetivos del proyecto y mantener el entusiasmo.
Nuestro objetivo es crear un proyecto que de visibilidad a la institución y su labor y fomente las habilidades tecnológicas de jóvenes y no tan jóvenes. Para ello seguiremos unos pasos necesarios para crearlo.
Paso 1. ¿Qué quiero conseguir? ¿Qué voy a mejorar?
No se puede empezar ningún proyecto si antes no analizamos qué estamos haciendo y qué no estamos ofreciendo que se está demandando. Para ello hay que escuchar a fuentes externas como las noticias o consultores. Y a fuentes internas como son nuestros formadores, técnicos de campo, niveles intermedios que están en contacto con aquellos que lo necesitan.
Estas propuestas internas se pueden captar a través de formularios web o sesiones de lluvias de ideas. Y serán la base para definir nuestro nuevo proyecto pensado para resolver una problemática del entorno y que fomente nuestros valores.
Yo he detectado una falta de fomento de habilidades tecnológicas en:
- Cada vez se necesitan más perfiles tecnológicos y cada vez menos chicos y chicas se forman en estas salidas.
- Los trabajos tecnológicos estarán presentes en todos los sectores y estarán bien remunerados: medicina, automoción, aplicaciones de móvil, diseño gráfico, estudio de datos sobre comportamiento humano, etc.
- Las chicas no se apuntan a formaciones STEM (Ciencia, TecnologÃa, IngenierÃa, Matemáticas) aumentando la brecha salarial y de género en trabajos tecnológicos o que usan la tecnologÃa.
Paso 2. ¿Quién está implicado?
Ya tengo una idea, un reto a solucionar. ¿Quién está implicado? ¿A quién le interesa mi proyecto, la finalidad del mismo? ¿Qué personas, internas y externas, deberÃan estar en él? Es cuestión de hacer una lista de posibles implicados.
Por ejemplo, si trabajamos con jóvenes, necesitaremos hacer una selección de perfiles de jóvenes o centros a los que explicar el proyecto. Identificar cuántas personas de la organización o nuevas incorporaciones serán necesarias para coordinar todo. Detectar las entidades externas que podrÃan querer colaborar en el proyecto como inversores a través de programas de Responsabilidad Social, polÃticas de ODS o subvenciones.
De esta manera definiremos el alcance o las fases para ponerlo en marcha.
Paso 3. ¿Qué impacto económico y social tiene?
Todo proyecto necesita un control de costes y unos identificadores de resultados (KPI) para contabilizar el retorno social y saber que ha sido un éxito.
De KPI’s hay muchos, cuantitativos y cualitativos. Por ejemplo, si el proyecto va dirigido a inserción laboral, el indicador podrÃa ser el número de jóvenes/adultos que han conseguido un trabajo de más de 6meses. O una prueba que valore qué nuevas habilidades tecnológicas han conseguido o mejorado. Pero si el proyecto va dirigido a fomentar vocaciones cientÃficas en jóvenes en riesgo de exclusión social o en chicas, en perÃodos cortos no podremos valorar la mejora o impacto, pero podremos valorar el número de personas dentro del proyecto e indicar las habilidades trabajadas.
Y la estimación de costes se puede controlar de muchas formas, pero con un excel diferenciando costes de material fungible y tecnológico, de financiación, de horas de gestión, desplazamientos y personal entre otros, es suficiente para saber cuánto dinero necesito para empezar.
Paso 4. ¿Quién puede ayudarme?
Ya tenemos la radiografÃa del propósito del proyecto, quién deberÃa estar implicado y cuánto me costarÃa. Ahora toca buscar el dinero para ponernos en marcha. Es preciso pensar en aquellas instituciones que quieren lo mismo que yo o que les puede beneficiar mi proyecto. Este dinero puede salir:
- De dentro de la organización, tal vez del departamento de marketing.
- Buscando fuera en empresas tecnológicas que quieren futuros trabajadores tecnológicos o empresas que estén alineados con nuestros valores, con la Responsabilidad Social y ODS‘s.
- Participando en convocatorias públicas de subvención en las que tenga sentido el proyecto.
A partir de aquà es momento de hablar con estos aliados para ver cuál será el alcance del proyecto. Una prueba piloto en una zona muy concreta, un proyecto nacional, etc.
Paso 5. Paso a la acción
El proceso creativo y de análisis es laborioso pero al final hay que llevarlo a la acción. Yo recomiendo empezar con una prueba piloto que nos permita verificar que el nuevo proyecto tiene sentido y consigue los resultados esperados. A posteriori revisaremos cómo ha funcionado todo y propondremos cambios o mejoras para ampliar el poyecto y llegar a más personas.
El viaje más largo comienza con un primer paso – Proverbio chino
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